Remedios Varo, Simpatía. 1955.
«Para mí, una amistad es inconcebible si no se tiene en alta estima a la persona amiga, si no se la admira, aunque quepan los matices. Porque se es amigo de alguien por lo que hace, por lo que es, por cómo se las arregla para andar por el mundo, y también por no saber cómo se las arregla para andar por el mundo. Esa admiración, vino a decirnos Montaigne, procede en realidad de un profundo respeto hacia el otro; tenérselo ennoblece a la persona amiga, la realza, la eleva a una posición siempre superior a la nuestra, lo que en el fondo a nosotros nos hace mucho bien».
Enrique Vila-Matas, Marienbad eléctrico