Nathan Colantonio, Riders on the storm.
«De pronto, una noche, muertos ya todos, Anatol comprendió que estaba solo, completamente solo en el mundo, y notó esa sensación de extravío que se siente cuando, en el camino, nos volvemos atrás y vemos el trecho recorrido, la vía indiferente que se pierde en un horizonte que ya no es el nuestro».
Enrique Vila-Matas, El arte de desaparecer (Suicidios ejemplares).