Marc Chagall, The Fiddler, 1912-1913.
«Yo me atrevería a asegurar, sin temor alguno, que nada hay tan sublime como una pasión noble, en el momento oportuno, que respira entusiasmo como consecuencia de una locura y una inspiración especiales y que convierte a las palabras en algo divino».
Longino, Sobre lo sublime.