Paul Gauguin, Van Gogh peignant des tournesols, 1888. Museo van Gogh, Ámsterdam.
«En un tiempo en el que los artistas increpan o desprecian la obra de sus colegas creyendo que eso los fortalecerá y situará por encima de sus rivales (sin darse cuenta de que dependen exclusivamente de su propio talento y no del hundimiento de los otros), yo adoro el encanto de un cierto tipo de libros ―raros, gentiles, estimulantes― en los que un artista explica por qué admira a otro».
Enrique Vila-Matas, Marienbad eléctrico.